martes, 19 de marzo de 2013

Viaje a Nan

Este fin de semana, pese a que aquí no es fiesta, tuvimos la ocasión de hace un breve viaje al norte de Tailandia, en concreto a la región de Nan, de donde es nuestro tutor y que no es muy turística.

Salimos el sábado a las 8 de la mañana, para llegar allí entorno a las 12. En esencia, todas las ciudades de Tailandia se basan en lo mismo: templos y mercados. Ésta en concreto, tiene dos o tres templos en el centro, uno de ellos bastante peculiar, puesto que cuenta con cuatro entradas y un Buda con cuatro caras, lo cual no es muy habitual, y además tiene unos frescos que incluyen el llamado "whisperer of love".



Después de visitar estos templos y un museo en el que básicamente te cuenta un poco la evolución en la historia de la región, costumbres y cómo se anexionó al actual Reino de Tailandia, nos dirigimos a un parque nacional cercano: Doi Phu Kha National Park.

El propósito principar era observar un árbol que tan sólo crece en esta región, del que florece una flor muy característica. Y de hecho la vimos, y además pudimos disfrutar de unas vistas bastante impresionantes.




Tras esto, volvimos hacia la ciudad de Nan, donde comimos en el mercado nocturno, al más puro estilo thai, sentados en el suelo y con comida picante acompañada de sticky rice (ese arroz que es más pegajoso y se come con las manos).


Cómo no, terminamos la noche tomando unas cervezas tranquilamente y yendo a dormir pronto, que había sido un día largo.


El domingo fue bastante tranquilo, pese a que a las 8 de la mañana empezó a sonar música tradicional thai que se podía escuchar desde cualquier punto de la ciudad. Bajamos a desayunar y dimos una vuelta por otro de los mercados, del que no había mucho que destacar, ya que son todos iguales a lo largo y ancho del país.


Almorzamos una sopa de noodles a eso de las 12, y nos fuimos a refugiar al hotel de nuevo, ya que el sol apretaba, llegando a esa hora a los 35ºC de temperatura. A las tres de la tarde, salimos de vuelta a Phitsanulok, viaje tranquilo, y cena en la entrada a la ciudad.


Esta semana estaré cargado de trabajo, que además tendré que adelantar, así que toca ponerse las pilas!

domingo, 3 de marzo de 2013

Al taller!

El otro día tuve un pequeño reventón en la rueda delantera de la moto, aunque afortunadamente no fue en marcha, si no que me la encontré así. La cuestión es que la llevé a uno de los numerosos talleres que hay alrededor de casa, donde me cambiaron la cámara en apenas 10 minutos, y me cobraron por ello 100 THB (2.5€).


Dentro de poco llevaré a hacer un cambio de pastillas de freno, que empiezan a chirriar. Creo que no será más de 150THB. Así da gusto!

martes, 26 de febrero de 2013

Escapada a Khao Yai y Ayutthaya


Ya que el lunes fue fiesta, y que llevábamos ya tres semanas sin salir de Phitsanulok, planeamos una escapada. El destino elegido fue el parque nacional de Khao Yai y la ciudad histórica de Ayutthaya. Esta combinación es complicada para ir en transporte público, así que alquilamos un coche en el aeropuerto y a conocer las carreteras tailandesas (que desde el autobús me habían parecido peores). El coche nos salió por 1200THB (30€) diarios, y nos tocó un Toyota VIOS automático, que iba bastante bien.

El sábado a las 9.30 estábamos recogiendo el coche y a las 10.00 ya salíamos rumbo Khao Yai, que está a unos 400kms de distancia desde Phitsanulok. Una vez allí, nos alojaríamos en el hostel perteneciente a Green Leaf Tours. Elegimos este por lo económico y por las buenísimas referencias de los tours que ofrecen. Llegamos alrededor de las 14.30, perfecto para poder coger el tour de medio día, que se desarrollaría a los alrededores del parque.

A las 15.00 nos montamos en el Tuk Tuk que nos llevaría en primer lugar a unas pozas naturales, en las que podríamos pegarnos un baño, o sencillamente dar una vuelta (esta última es la que escogimos). La idea principal de estos tours al visitar el parque es poder descubrir la diferente fauna que habita por allí. Y debo reconocer que el guía estuvo constantemente pendiente de que fuese así, como iréis viendo en las fotos.



Tras esta parada, fuimos a una pequeña cueva/santuario a la que bajamos con el fin de ver murciélagos. Y vaya si los vimos. Nada más entrar, la cueva es muy alta y apenas puedes ver nada, pero conforme vas adentrando, y la altura es menor, puedes ver a la perfección miles de murciélagos revoloteando sobre tus cabezas. Mientras tanto, un par de compañeros del guía, se dedican a buscar insectos peculiares.




La cueva más importante en cuanto a población de murciélagos sería la que visitaríamos a continuación, en la que habitan cerca de dos millones de ejemplares. El problema, es que a esta no se puede entrar, ya que la población local entra en ella para recoger los excrementos de murciélago (guano) y sacar con ellos una cantidad importante de dinero (si los turistas entráramos habría muchas pérdidas).

Aunque no pudiésemos entrar, el espectáculo que nos ofrecieron también fue digno de ver. Resulta que a última hora de la tarde, los murciélagos salen a cazar, todos en la misma bandada, así que pudimos ver cómo se agrupan, vuelan, y cómo las aves que están alrededor intentan cazar alguno de ellos. Después de esto, nos repartieron por el campo, y justo cuando el guía dijo que nos diésemos la vuelta, comenzaron a salir murciélagos de los árboles de alrededor sin parar, y poco a poco, se iban acercando algunos de mayor tamaño. Podía parecer que estaba preparado, que no, por lo que reconozco que estaba muy bien montado. Después de esto, una vez anochecido, de vuelta al hostel y a descansar.



El domingo por la mañana, a las 8.00 salimos en la excursión que daríamos por dentro del parque. Otro punto a destacar de este tour, es que el guía, sabiendo que vivíamos en Phitsanulok, nos dijo que si teníamos algo para acreditarlo, para así poder acceder al parque con el precio de la entrada thai (40THB en vez de 400THB). 

La duración del tour fueron ni más ni menos que 11 horas, durante las cuales, disfrutamos de un trekking de 3 horas por la jungla, almuerzo, visita a dos cascadas (una de ellas la Haew Suwat Waterfall, que aparece en la película de la playa), un poquito de souvenirs y búsqueda (desgraciadamente infructuosa) de elefantes salvajes. Una vez más, destacar la estupenda labor y preocupación del guía por sacar lo mejor posible del día.




Monitos que aparecían al lado de la carretera
Fig Tree (un segundo árbol comienza a crecer desde la copa del primero, hasta que arraiga y lo mata)
Víbora
Escorpión que consiguieron sacar de su casita

Paseo por la jungla
Salinas donde supuestamente se acercan los elefantes al final del día


Haew Suwat Waterfall
Haew Narok Waterfall

El lunes tocaba madrugar también para poder llegar a buena hora a Ayutthaya (a 120 kms) y no coger mucha gente, puesto que era un día en el que muchos tailandeses se acercarían a rezar y hacer ofrendas en los distintos templos de la ciudad. Ayutthaya, a modo de breve introducción, se trata de la antigua capital del reino, que fue arrasada por los birmanos, quienes cortaron las cabezas a todos los budas, y hoy por hoy se está declarada como patrimonio mundial por la UNESCO.

Así que a las 8 salimos, para llegar cerca de las 10.00. Tras hacer una parada en el centro de visitantes para obtener algo de información, el primer sitio fue el centro desde el que se hace los paseos en elefantes (ya que no habíamos visto el día anterior), aunque nada de paseos. Tras eso, fuimos al Wat Phra Si Sanphet, uno de los más importantes, en el que hay tres antiguas pagodas alineadas, que aguantan desde entonces.


Las ruinas de Wat Phra Si Sanphet 
Al final se ve el templo Wat Phra Ram
La siguiente parada fue el Wat Mahathat (con la cabeza de un Buddha entre las raíces de un árbol) y el Wat Ratchaburana.

Wat Ratchaburana
Wat Mahathat
Varios Buddhas decapitados



Vistos los templos derruidos más representativos (al fin y al cabo son ruinas), salimos de lo que es el islote de la ciudad para ir al Wat Yai Chaimonkhon (con el característico Budhha tumbado). Me gustó especialmente este recito porque pudimos ver la actividad religiosa de los tailandeses, que cubrían la figura con capas doradas, y todas las imágenes estaban cubiertas también por estas telas.
Un rito habitual es dorar la imagen del Buddha



Buddha siempre sale representado con la llama en la cabeza
De aquí, fuimos a visitar el mercado flotante, que me resultó muy atractivo. Supongo que la combinación entre el propio lugar, con todo de madera y puestos de todo tipo, con el bullicio debido a la festividad. Aproveché para comprar unos pantalones de los de masaje thai, que son extremadamente cómodos (y sólo 100 THB!!)




A las 15.30 cogimos de nuevo el coche para volver a Phitsanulok sin ningún incidente, pero con un nuevo viaje completado prósperamente, y dentro de la categoria de "merece la pena".