Primero que nada, daros la bienvenida a
todos. Intentaré mantener este blog actualizado de manera que podáis estar
actualizados respecto a las aventuras y desventuras que me puedan ir
sucediendo.
Han pasado ya cuatro días desde que saliésemos
de Madrid, y tres desde que aterrizamos en Phitsanulok. Del viaje, aunque
largo, debo reconocer que en Royal Jordanian se vuela bastante bien. En el
primer vuelo fuimos prácticamente solos, y las casi cinco horas se me pasaron
rápidamente, entre que te sirven un aperitivo, luego algo de comida, me puse
una película en la pantallita del asiento, dio tiempo a poco más. Salimos de
Madrid con algo de retraso, pero el vuelo duró lo esperado, y en Amman
estuvimos esperando apenas dos horas. Lo malo de todo esto es tener que pasar
controles en cada escala. A las 2:00 hora local cogimos el vuelo hasta Bangkok,
que si que iba hasta arriba, pero igualmente se pudo dormir y no se hizo
demasiado pesado. Una vez en Bangkok, recogida de maletas, y marchamos en un
shuttle bus hasta el Don Mueang Airport, desde donde salen la mayoría de los
vuelos domésticos. Aquí es cuando caímos en la cuenta de que el invierno aquí
poco tiene que ver con el nuestro. Humedad altísima y temperaturas de 30ºC...Después
de otro check-in, control, y algo de espera, por fin cogimos el último vuelo y
en apenas 45 minutos llegamos a Phitsanulok.
Una vez recogidas las maletas, nos recibieron
tres personas de la universidad, con una sonrisa de oreja a oreja, lo cual es
bastante habitual, y nos acercaron a la residencia, previa parada en un 7ELEVEN
para comprarnos un par de botellas de agua. Como os podéis imaginar, la
recepción fue magnífica, y podría haberlo sido más si no fuese por la falta de
entendimiento, ya que el uso del inglés aquí es limitado…
La llegada tanto a la ciudad como a la
residencia, a mi gusto fue impactante. Tiene que ver que era de noche,
llegábamos cansados, el clima era completamente diferente…así que preferí no
hacerme mucho caso para poder ir redescubriendo la ciudad poco a poco. En
cuanto a la residencia, es un complejo de edificios pertenecientes a la
universidad, situados en el antiguo campus (Wang Chan Campus). Os dejo fotos
para que veáis. Lo peor, que la humedad hace estragos, y hay ciertas manchas e
insectos asentados en mi habitación, pero nada que no se puede resolver o a lo
que acostumbrarse (eso y que de momento, internet está averiado…interneeeeeee).
Lo mejor, todo lo demás; tamaño, mobiliario, distribución, terraza…
Después de un buen paseo, tuvimos que
afrontar el momento más complicado: nuestro primer almuerzo en Tailandia. Digo
complicado no solo por lo que podamos comer, sino también por cómo
pedirlo…Finalmente, paseando por la ribera del río, encontramos unos
restaurantes que recomienda la guía, donde es peculiar la forma de comer, ya
que te sientas de cara al río, con los pies colgando. Podemos decir que
sobrevivimos, de hecho conseguimos terminarnos la sopa que pedimos, incluso
usando palillos! Pude identificar que llevaba ternera, noodles, brotes de soja,
y una verdura similar al ajete. Es aquí cuando ya pudimos comprobar el coste de
la comida: 2 sopas, 2 coca-colas y una botella de agua 100THB (2,30€).
Solventado el trámite, seguimos dando una
vuelta, e hicimos la primera comprita de aparataje de limpieza (no creo que
compremos mucha comida…). Con esto, vuelta a la residencia y a prepararnos para
una cena de bienvenida con nuestro tutor.
Nos recogió en la propia residencia y fuimos
a un restaurante con algo más de presencia que el de por la mañana. Aquí es
cuando el tutor vio la primera oportunidad para timarnos y pedir comida a base
de chili y curry extrapicante. ¿Estaba rica? SI, bastante. ¿Tuve que beber dos
litros de agua? También. Básicamente, consistió en un plato de arroz para cada
uno, y algunos platos compartidos, de los que vas cogiendo comida y lo
acompañas con el arroz, como si este fuera pan vamos.
Tras esto, fuimos de nuevo a hacer shoppings,
a un hipermercado, acompañados por el tutor, donde también pudimos comprar una
tarjeta SIM local (módico precio de 20THB – 0,5€) entre otras cosillas.
Ya el martes tocó ir a la universidad. Se
encuentra a unos 8kms de la residencia, pero a las 8:00 hay una furgoneta que
nos acerca. Es importante señalarle al conductor, la facultad a la que vamos,
básicamente porque el tamaño del campus es descomunal. No es que los edificios
sean enormes, que por lo general no lo son, pero están desperdigados. La
cantidad de motos que hay por ahí es increíble, sin duda el mejor medio de
transporte. Nosotros tenemos a nuestra disposición un par de bicicletas para
movernos por allí y creo que contaremos con una motocicleta que espero que se
convierta en nuestro medio de transporte de aquí en adelante.
El primer día en la universidad se redujo básicamente a presentaciones. Tengo que volver a hacer hincapié en la buena actitud de esta gente. Nos dieron una vuelta por el campus, nos enseñaron todos los edificios, nos dejaron a nuestro aire, y después fuimos a un restaurante fuera del campus donde nos invitaron a comer, nos enseñaron algo de idioma thai, y no pararon de reír. Y encima después, nos acercaron a casa. Una vez más, geniales.
A partir de aquí, comenzará digamos una etapa
más rutinaria entre semana; básicamente iremos a la universidad en un horario
de 8:00 a 16:30 más o menos. De momento estamos recopilando información y
estudiando un poco de qué va el proyecto de investigación que vamos a desarrollar,
y comenzaremos con la práctica en Enero (ya sabemos que podemos contar con los
últimos días del año para organizarnos algún viaje). Por las tardes
aprovecharemos para conocer la ciudad, los mercados nocturnos, ir probando los
puestos callejeros de comida e intentar conocer gente. Incluso intentaremos, ya
que tenemos gimnasio y piscina gratis, hacer algo de ejercicio!
Hasta aquí puedo leer por el momento. Siento que sea una introducción tan larga, pero han ido pasando muchas cosas!
Buenoooo, lo de aprovechar a conocer la ciudad por la noche también incluye... ladyboys?? jejeje. Esperamos el próximo capítulo!!!
ResponderEliminar