martes, 26 de febrero de 2013

Escapada a Khao Yai y Ayutthaya


Ya que el lunes fue fiesta, y que llevábamos ya tres semanas sin salir de Phitsanulok, planeamos una escapada. El destino elegido fue el parque nacional de Khao Yai y la ciudad histórica de Ayutthaya. Esta combinación es complicada para ir en transporte público, así que alquilamos un coche en el aeropuerto y a conocer las carreteras tailandesas (que desde el autobús me habían parecido peores). El coche nos salió por 1200THB (30€) diarios, y nos tocó un Toyota VIOS automático, que iba bastante bien.

El sábado a las 9.30 estábamos recogiendo el coche y a las 10.00 ya salíamos rumbo Khao Yai, que está a unos 400kms de distancia desde Phitsanulok. Una vez allí, nos alojaríamos en el hostel perteneciente a Green Leaf Tours. Elegimos este por lo económico y por las buenísimas referencias de los tours que ofrecen. Llegamos alrededor de las 14.30, perfecto para poder coger el tour de medio día, que se desarrollaría a los alrededores del parque.

A las 15.00 nos montamos en el Tuk Tuk que nos llevaría en primer lugar a unas pozas naturales, en las que podríamos pegarnos un baño, o sencillamente dar una vuelta (esta última es la que escogimos). La idea principal de estos tours al visitar el parque es poder descubrir la diferente fauna que habita por allí. Y debo reconocer que el guía estuvo constantemente pendiente de que fuese así, como iréis viendo en las fotos.



Tras esta parada, fuimos a una pequeña cueva/santuario a la que bajamos con el fin de ver murciélagos. Y vaya si los vimos. Nada más entrar, la cueva es muy alta y apenas puedes ver nada, pero conforme vas adentrando, y la altura es menor, puedes ver a la perfección miles de murciélagos revoloteando sobre tus cabezas. Mientras tanto, un par de compañeros del guía, se dedican a buscar insectos peculiares.




La cueva más importante en cuanto a población de murciélagos sería la que visitaríamos a continuación, en la que habitan cerca de dos millones de ejemplares. El problema, es que a esta no se puede entrar, ya que la población local entra en ella para recoger los excrementos de murciélago (guano) y sacar con ellos una cantidad importante de dinero (si los turistas entráramos habría muchas pérdidas).

Aunque no pudiésemos entrar, el espectáculo que nos ofrecieron también fue digno de ver. Resulta que a última hora de la tarde, los murciélagos salen a cazar, todos en la misma bandada, así que pudimos ver cómo se agrupan, vuelan, y cómo las aves que están alrededor intentan cazar alguno de ellos. Después de esto, nos repartieron por el campo, y justo cuando el guía dijo que nos diésemos la vuelta, comenzaron a salir murciélagos de los árboles de alrededor sin parar, y poco a poco, se iban acercando algunos de mayor tamaño. Podía parecer que estaba preparado, que no, por lo que reconozco que estaba muy bien montado. Después de esto, una vez anochecido, de vuelta al hostel y a descansar.



El domingo por la mañana, a las 8.00 salimos en la excursión que daríamos por dentro del parque. Otro punto a destacar de este tour, es que el guía, sabiendo que vivíamos en Phitsanulok, nos dijo que si teníamos algo para acreditarlo, para así poder acceder al parque con el precio de la entrada thai (40THB en vez de 400THB). 

La duración del tour fueron ni más ni menos que 11 horas, durante las cuales, disfrutamos de un trekking de 3 horas por la jungla, almuerzo, visita a dos cascadas (una de ellas la Haew Suwat Waterfall, que aparece en la película de la playa), un poquito de souvenirs y búsqueda (desgraciadamente infructuosa) de elefantes salvajes. Una vez más, destacar la estupenda labor y preocupación del guía por sacar lo mejor posible del día.




Monitos que aparecían al lado de la carretera
Fig Tree (un segundo árbol comienza a crecer desde la copa del primero, hasta que arraiga y lo mata)
Víbora
Escorpión que consiguieron sacar de su casita

Paseo por la jungla
Salinas donde supuestamente se acercan los elefantes al final del día


Haew Suwat Waterfall
Haew Narok Waterfall

El lunes tocaba madrugar también para poder llegar a buena hora a Ayutthaya (a 120 kms) y no coger mucha gente, puesto que era un día en el que muchos tailandeses se acercarían a rezar y hacer ofrendas en los distintos templos de la ciudad. Ayutthaya, a modo de breve introducción, se trata de la antigua capital del reino, que fue arrasada por los birmanos, quienes cortaron las cabezas a todos los budas, y hoy por hoy se está declarada como patrimonio mundial por la UNESCO.

Así que a las 8 salimos, para llegar cerca de las 10.00. Tras hacer una parada en el centro de visitantes para obtener algo de información, el primer sitio fue el centro desde el que se hace los paseos en elefantes (ya que no habíamos visto el día anterior), aunque nada de paseos. Tras eso, fuimos al Wat Phra Si Sanphet, uno de los más importantes, en el que hay tres antiguas pagodas alineadas, que aguantan desde entonces.


Las ruinas de Wat Phra Si Sanphet 
Al final se ve el templo Wat Phra Ram
La siguiente parada fue el Wat Mahathat (con la cabeza de un Buddha entre las raíces de un árbol) y el Wat Ratchaburana.

Wat Ratchaburana
Wat Mahathat
Varios Buddhas decapitados



Vistos los templos derruidos más representativos (al fin y al cabo son ruinas), salimos de lo que es el islote de la ciudad para ir al Wat Yai Chaimonkhon (con el característico Budhha tumbado). Me gustó especialmente este recito porque pudimos ver la actividad religiosa de los tailandeses, que cubrían la figura con capas doradas, y todas las imágenes estaban cubiertas también por estas telas.
Un rito habitual es dorar la imagen del Buddha



Buddha siempre sale representado con la llama en la cabeza
De aquí, fuimos a visitar el mercado flotante, que me resultó muy atractivo. Supongo que la combinación entre el propio lugar, con todo de madera y puestos de todo tipo, con el bullicio debido a la festividad. Aproveché para comprar unos pantalones de los de masaje thai, que son extremadamente cómodos (y sólo 100 THB!!)




A las 15.30 cogimos de nuevo el coche para volver a Phitsanulok sin ningún incidente, pero con un nuevo viaje completado prósperamente, y dentro de la categoria de "merece la pena".

lunes, 25 de febrero de 2013

Wan Makha Bucha

Ayer lunes 25 de febrero fue fiesta nacional en Tailandia, y se celebraba el día del Makha Bucha. En el calendario corresponde a la tercera luna llena (Makha) del año, que por lo general cae en febrero, para venerar-honorar (Bucha).

Viendo que bastantes sitios de la ciudad estaban cerrados, entendimos que es una festividad importante, por lo que quisimos acercarnos por la noche a los templos y ver cómo lo celebraban. Al entrar al recinto, vimos bastante afluencia de gente, y en lo que básicamente consiste es en comprar velas y unas flores concretas, así como incienso, y en cierta manera "peregrinar", dando tres vueltas al templo, durante las cuales entiendo que se reza (aunque como siempre con estas cosas, se ve gente hablando y riendo, y gente más seria). Cada vuelta se debe respectivamente a Buddha, Dharma y Sangha.

En la sangha ("comunidad") me refugio
en el dharma ("doctrina") me refugio
en el Buddha me refugio
y por ellos actúo.




domingo, 24 de febrero de 2013

Año nuevo chino

Hace unas semanas tuvo lugar el año nuevo chino (el 10 de febrero si no me equivoco). Tailandia al parecer tiene una población importante de chinos, o de tailandeses con antepasados de origen chino, es por eso que lo celebran y decoran las calles para la ocasión.

Así pues, desde que a finales de Enero se desmontasen los adornos navideños, Phitsanulok ha estado adornada con farolillos chinos y en su mayoría figuras de serpientes, debido a que el año que entra es el de la serpiente.

A día de hoy, casi tres semanas después de que se celebrase la festividad, la ciudad sigue caracterizada de esta manera, y de hecho, el pasado viernes, yendo con la moto, cortaron una de las calles principales para que transcurriesen los festejos, de manera que un abundante grupo de tailandeses (eso creo) vestidos con atuendos chinos, recorrieron la ciudad, llevando los dragones que se utilizan para esta fiesta, y aprovechando para tirar los famosos khom loi a lo largo de la tarde.




Al igual que hicieran para el año nuevo nuestro, montaron en la healthy road un pequeño mercadillo, no tan grande como el anterior, con comida, bastante rica como siempre, y ropa variada, así como un escenario donde hubieron actuaciones de bailes tailandeses típicos.

Por lo general, no faltan ganas para celebrar lo que sea.

lunes, 18 de febrero de 2013

Un poco de trabajo

Para aquellos que recurrís a la facilona frase de: ¿tú no ibas a Tailandia a trabajar?, esta entrada va dedicada a vosotros. ;-)

Recientemente, hemos reestructurado la línea de trabajo, y lo hemos dividido, para quedarnos cada uno una de las ramas, ya que de esta manera es más sencillo trabajar. ¿Recordáis lo que os conté de los arroces coloreados con los que hacíamos la investigación? Pues yo ya no trabajo con esos. A partir de ahora, lo mío se centra en investigar con almidón puro extraído del arroz (tanto waxy como non-waxy, que viene a ser un tipo de arroz como más pegajoso por así decirlo). Estos almidones los mezclaremos con polisacáridos no provenientes del almidón, cómo son la goma guar y goma xantánica, entre otros, en distintas proporciones, para ver así como afecta a la disponibilidad del almidón (total and resistant starch) , las propiedades físicas  (mediante análisis de textura y una calorimetría diferencial de barrido), y en consecuencia a la digestión del mismo, con la consecuente liberación en distinta medida de glucosa.

Algunos de estos análisis son bastante rápidos, como los de las propiedades físicas. Sin embargo, el de la disponibilidad del almidón, requiere que la muestra esté incubando durante 16 horas exactas, lo que implica medir muy bien los tiempos para dejarlo por la noche y volver por la mañana justo para pararlo. Y rezar por que los resultados que van saliendo sean acordes a lo que se espera (que tampoco se sabe muy bien qué es, porque no está referenciado en ninguna bibliografía). Y así también con la digestión, que requiere un control durante cuatro horas de medidas cada 15-30 minutos. 

Como ninguna de estas cosas son excesivamente llamativas a la hora de que las veáis, os dejo sencillamente algunas fotos de los aparatejos que utilizo (de los que están en esta facultad, que a veces tengo que ir a otro edificio).
Muestras con las que trabajo (almidón y dos polisacáridos distintos)
Medidor de pH y agitador magnético
Básculas de precisión (al final) y un medidor de humedad
Así que sí, vine para trabajar, y trabajo. Y de hecho me gusta lo que hago y cómo lo hago. Pero creo que vosotros encontraréis más interesante que os cuente otras historietas.

jueves, 7 de febrero de 2013

Pal Sur (parte 2)

Después de 9 horas de viaje en tan cómodo aposento (debo reconocer que la dormidina que me tomé me ayudó a pasar el trámite) llegamos a Surat Thani, donde nos recogió un Tuk-Tuk, hasta una agencia, en la que esperamos 45 minutos para que nos recogiese una furgoneta que no llevase a Krabi, otra agencia en la que esperamos una hora, otra pick-up nos cogió, avanzó 500 metros, y nos dijo que montásemos en un tuk-tuk, cuyo conductor estuvo esperando hasta llenarlo, para dejarnos en el paseo marítimo de Ao Nang. Sí, así funcionan en Tailandia. Y por fin, cogimos el último tuk-tuk que nos acercó hasta el Glur Hostel, en el que pasaríamos las siguientes cuatro noches. 

Después de hacer el check-in y pedir algo de información acerca de la zona, bajamos nuevo a la playa con el fin de coger un barco de nuevo para ir a Railay Beach (100THB cada trayecto). Esta zona es una península cercada por montañas, a la que tan sólo se puede acceder por barco. Tiene varias playas; Ton Sai, West, East y Pranang (las que descrubriríamos el último día de viaje). Además, es uno de los destinos preferidos para escaladores. Nosotros fuimos a la West Beach, donde nos echamos una buena siesta, y paseamos hasta asomarnos a la Ton Sai Beach. A las 18.00 cogimos la última barca para volver a Ao Nang.

West Beach - Railay 
Ton Sai Beach - Railay
Ao Nang Beach



Esa noche tocaba descansar para poder madrugar el día siguiente.

La razón por la que madrugamos, es porque no apuntamos para hacer el tour de las islas Phi Phi. El tour incluía 8 puntos de visita, que combina playa con snorkel, y a nosotros nos salió por 1000 THB, porque por lo general en los hostales tienen algún tipo de descuento (el precio de la web son 1800). Las sensación que me llevé, y que fue generalizada, es lo que pasa siempre con estas excursiones organizadas. Por supuesto es bonito, pero con el tiempo tan estructurado, apenas puedes disfrutar de lo que más te gusta, si quieres estar más en un sitio que en otro, y además, es mucha gente haciendo lo mismo. La alternativa para las Phi Phi, es coger un ferry, para intentar pasar el día entero allí. Otra opción, es olvidarte de lo famoso, y apuntarte al tour de las Hong Islands (disponible en barco rápido, y el longtail boat, al que puedes añadir la opción de kayak). Nuestra intención era hacerlo el día siguiente, pero la sensación con esta compañía, debido a ciertos problemas que surgieron durante el día, no fue muy buena y no quisimos repetir, y finalmente se quedó fuera de los planes.
Hacinamiento máximo

Bamboo Island



Lohsamah Bay (snorkel 30min)




Pileh Bay (sencillamente entrar y salir)

La famosa Maya Bay, la de la película



Una de los percances que tuvimos en el viaje fue una pequeña caída (a parte de los motores de la lancha con la dirección rota), que dejó una muñeca un poco fastidiada. A raíz de eso, una familia española con la que habíamos estado charlando, y que eran todos ellos personal sanitario, nos echaron una mano en el diagnóstico, que no fue a más. Compartimos con ellos unas cervezas viendo la puesta de sol y nos fuimos al hostel. Ya por la noche, bajamos de nuevo a la zona con un poco más de marcha para conocerla, tomar algún refrigerio y hacer alguna hippie compra.

Chapuza en la dirección. Pisaban las cuerdas para mover los motores


Al día siguiente, y puesto que habíamos cancelado el tour, decidimos alquilar de nuevo unas motos para poder conocer la zona mejor. Pusimos rumbo norte, pasando por Hat Noppharat Thara, donde nos pegamos un baño, y rodeamos el parque natural que hay allí para llegar a de nuevo a la costa. Nuestra última parada fue Tup Kaek (no estoy seguro de cómo se escribe); una playa prácticamente desierta, donde descansamos y estuvimos hasta que se puso el sol.

Noppharat Thara Beach


Tup Kaek





Una vez de vuelta en Ao Nang, nos preparamos para cenar y salir, aprovechando que era viernes, y también celebrar de paso el cumpleaños de Cassandra.

En nuestro último día de vacaciones, nos dividimos, y mientras unos se quedaron descansando, el resto nos fuimos de nuevo a Railay, lo que en mi opinión fue una decisión muy acertada. En vez de quedarnos en la playa del primer día, cruzamos hasta la East Beach, y fuimos hacia el mirador. Por el camino nos encontramos con unos monos muy majos que por supuesto aceptaban toda comida que quisieras darles. Subimos pues al mirador, a donde se tiene que acceder prácticamente escalando. Una vez arriba, las vistas son impresionantes. Desde aquí también se puede ir al lago de la princesa, al que el acceso es más complicado aún, pues se trata de 3 pequeñas paredes completamente verticales de unos 3 metros de altura. De aquí, marchamos a la Pranang Beach, una de las mejores en las que he estado. Apenas quedaba tiempo, así que tuvimos que coger el bote para marchar a Ao Nang y descansar lo máximo posible para afrontar el viaje de vuelta a Phitsanulok.


En mototaxi para bajar a la playa (con la compra del amable conductor)
Diamond Cave
East Beach (prácticamente inexistente)


Subida al mirador


Viewpoint

Bajada a la Lagoon Cave
Lagoon Cave

The pennis cave
Prangang Beach


El domingo sólo dio tiempo a levantarnos tarde, comer algo y coger la furgoneta a las 3 de la tarde. Fuimos a la estación, donde esperamos una hora, de aquí a Surat Thani, a esperar de nuevo, y finalmente a Bangkok (Khaosan Road). Taxi a la estación, y billetes para las 6.30 hacia Phitsanulok, donde llegamos a las 12.00. Y como somos chicos responsables, fuimos a la universidad, pero eso ya es otro cantar.